FREEDOM: ¿La Organización Mundial de Comercio (OMC, antes GATT) esta hablando, nosotros estamos hablando, acerca de "libre comercio". Hasta que punto es esto un ejemplo del "newspeak" orwelliano?
N.C.: La OMC, el Tratado de Libre Comercio de Norte América y otros convenios semejantes no tienen nada de "libre comercio" salvo incidentalmente. El Poder nunca ha aceptado los principios del liberalismo económico por si mismos, excepto si puede ganar ventajas temporales con ellos. Naturalmente, ello significa una observancia endeble de esos principios, que por tanto son totalmente vulnerables. La disciplina del mercado es para el débil; el Poder regularmente acude al Estado para protegerse a si mismo de ella. Estos son axiomas de historia económica, desde los tempranos días del poderío británico hasta la ofensiva en pro del liberalismo económico de la década de 1980, cuando se predicaron estas doctrinas al débil con gran fervor. La OMC no es casi "comercio". Primero, notese que el termino mismo difícilmente se aplica a un sistema internacional en el que un tercio o mas del así llamado "comercio" es intrafirma, esto es, transacciones centralizadamente dirigidas que ayudan a cruzar una frontera, pero que de hecho ocurren por entero dentro de instituciones totalitarias llamadas "corporaciones", dirigidas por una muy clara mano visible. Segundo, Occidente (incluyendo aquí a Japón) fundamentalmente demanda la liberalización de los servicios, para asegurar que los enormes bancos occidentales y otras instituciones financieras aniquilen a sus equivalentes domésticos del Tercer Mundo, de modo que los países mas pobres nunca sean capaces de emprender la dirección y el planeamiento económico que permitieron a los ricos buscar su lugar bajo el sol. Esto no es "comercio" en ningún sentido significativo. Tales detalles están de hecho en el meollo de la OMC, junto con la demanda de mayor protección para la "propiedad intelectual", esto es, la tecnología del futuro, que debe ser monopolizada por las corporaciones transnacionales occidentales. El Occidente también rechaza con desdén el libre movimiento de mano de obra sobre el cual el Tercer Mundo insiste, siguiendo a Adam Smith, cuyas doctrinas son del todo despreciadas en este caso por aquellos que le invocan con mas devoción. Podríamos seguir y seguir. La OMC no es comercio libre ni libre nada. Es poder y riqueza y como acrecentarlos. Como Adam Smith apuntaba, los patronos siguen su 'vil máxima': "todo para nosotros, y nada para otra gente". En las negociaciones de la OMC, cada participante ha propuesto alguna mezcla de liberalismo y protección reflejando lo que es llamado en la mistificación contemporánea su "interés nacional", esto es, el interés de los poderes dominantes dentro de el; otro axioma, subrayado por ese famoso radical extremista Adam Smith. Yo he escrito en detalle sobre ello en mi libro "El Año 501", en muchos artículos y en un libro por aparecer.
FREEDOM: ¿Los intereses de quien están en juego en lo que la OMC plantea? ¿Que piensa Ud. de los efectos que de ello resulten en el Tercer Mundo?
N.C.: Como es notorio, lo que cada nación participante en la OMC dice esta reflejando los intereses particulares de sus elementos de dominación interna. Los países ricos tienen un interés común en proteger los derechos de las corporaciones transnacionales e instituciones financieras que dominan la economía mundial hasta un punto verdaderamente extremo, subrayado por recientes publicaciones del Banco Mundial y la UNCTAD, y reseñado regularmente en los mas destacados periódicos (como el Financial Times de Londres). Así, por ejemplo, están unidos en demandar que la OMC incremente la protección para la tecnología del futuro, la biotecnología en particular, con la cual se espera generar un vasto flujo de capital desde los países pobres a los ricos en los próximos años; esto seria monopolio de enormes instituciones corporativas subsidiadas y protegidas por sus Estados sedes así como por el sistema internacional de "comercio". Ello es de suma importancia, por ejemplo, para asegurar que a la India no se le permita producir medicinas a precios que su pueblo pueda costear, pues debe comprar medicinas de alto costo a grandes compañias occidentales que logran beneficios escandalosos y están subsidiadas por el Estado en numerosos modos, como es bien sabido. Los países ricos, por supuesto, nunca aceptaran estas reglas para ellos mismos hasta que estén en posición de beneficiarse, del todo y con hechos inmediatos, pues esta es la norma. El efecto sobre el Tercer Mundo no es difícil de predecir. Se ha discutido extensamente en muy buenas publicaciones tercermundistas ... Yo he escrito sobre estos asuntos en otra parte... Pero, ¿necesitamos preguntar por los efectos en el débil de las reglas diseñadas por el fuerte? Los axiomas solo están mostrando ser verdad a pesar de que uno tenga visión cerrada.
FREEDOM: Muchos han expresado su sobresalto porque las atrocidades del conflicto yugoslavo estén repitiendo de nuevo la experiencia del Holocausto judío de 1939-45. ¿Comparte Ud. estas apreciaciones?
N.C.: Las atrocidades del conflicto yugoslavo son de veras horripilantes, y no es sorprendente que preocupen a los europeos, no por que sean peores que otras atrocidades del pasado y el presente, sino en tanto amenazan el bienestar de los europeos ricos y acomodados. ¿Esto suena cínico? Si es así, probemos lo dicho frente a los hechos. Ud. dice, de seguro correctamente, que los europeos sienten angustia porque tales atrocidades puedan ocurrir después del Holocausto, una analogía no del todo apropiada, pues por terrible que sea lo que ocurre, ello no se aproxima a los crímenes nazis. Podemos preguntar, en tal caso, como los europeos reaccionaron cuando el gobierno actual de Indonesia sacrifico entre medio millón y un millón de personas, la mayoría campesinos sin tierra, en unos pocos meses de 1965, en lo que la prensa occidental describió como un "hirviente baño de sangre"(Time). Yo he reseñado recientemente la cobertura periodística en Estados Unidos a esta horrenda atrocidad, la mas grande masacre posterior al Holocausto (ver "El año 501"). Comentaristas "respetables" fueron eufóricos sobre este "fulgor luminoso en Asia", según la describiese el reputado columnista liberal del New York Times James Reston, explicando, como un conocedor, que el gobierno de los EE.UU. estuvo envuelto en estos eventos maravillosos mas de lo que era admisible al publico. Esta reacción fue standard: The Economist ahora nos asegura que Suharto, el responsable de la carnicería, es "de bondadoso corazón", pensando, sin duda, en su actitud para con las corporaciones occidentales. O, podemos preguntar, como reacciono Occidente cuando pocos años después, Indonesia invadió Timor Este, asesinando a tal vez 200.000 personas, o como reacciona ante las continuadas atrocidades que allí siguen. ¿El sobresalto se expresa porque esto pueda pasar después del Holocausto? No realmente. Antes bien, ha contribuido masivamente a las atrocidades, esperando obtener beneficio de los ríos de sangre que están corriendo, mientras que participa con entusiasmo en el robo del petróleo de Timor. Por algunos años, los EE.UU. fueron el peor cómplice, ahora Gran Bretaña esta tomando parte. ¿Están sus intelectuales vociferando desde los tejados acerca de este horror? ¿Lo están sus similares franceses? ¿O de EE.UU.? ¿O los canadienses? ¿O los suecos? ¿O de algún otro país que pudo lucrar por colaborar en la matanza? Simplemente investigar, como yo lo he hecho y las respuestas son brutalmente francas. O podemos preguntar como Occidente respondió ante sus propias masacres, por ejemplo el asesinato de millones de personas en Indochina después del ataque de los EE.UU. contra el sur de Vietnam que se extendió a la región entera, destruyendo 3 países. O el respaldo occidental a las tropelías de Sudáfrica, que acarrearon millón y medio de muertes y daños por 60.000 millones de dólares solo entre los años 1980-1988 a los países afectados (excluyendo Namibia, y Sudáfrica misma). Continuando hasta hoy, los Balcanes causan gran pena y angustia, Angola no, aun cuando las atrocidades allí puedan ser mucho peores. Las razones son bastante obvias. Simplemente pregunte en que grado los intereses de la Europa rica están amenazados por los eventos en los Balcanes y en Angola. ?Necesito continuar? La hipocresía de Occidente no conoce limites. Nada de esto, por lo demás, cambia el hecho de que las atrocidades en la antigua Yugoslavia son horrendas, si bien están lejos de ser únicas.
FREEDOM: Ya que nos aproximamos al S. XXI ?cuales deben ser los intereses y objetivos de acción para los socialistas libertarios? ?Es Ud. optimista o pesimista acerca del futuro?
N.C.: Entiendo que el Anarquismo es una tendencia
del pensamiento humano que pretende desterrar y combatir la autoridad ilegitima
y la dominación. Toda forma de autoridad tiene algo que comprobar:
debe demostrar su legitimidad, tal vez eventual, tal vez mas general. Algunas
veces puede: como cuando impongo a mi nieta de 3 años que no cruce
la calle por el trafico. Mas comúnmente no puede hacerlo, y una
vez expuesta, la autoridad pierde su poder moral y solo puede mantenerse
por la fuerza. Cuando la autoridad ilegitima sea esgrimida - para asentar
en ella bien sea el poder económico, el poder estatal, de raza,
de sexo o el que sea - debe ser confrontada y vencida. Pienso que debemos
presuponer que la búsqueda de una sociedad mas justa y de relaciones
humanas mas decentes es asunto de nunca acabar. Es como trepar montañas;
apunto hacia una cumbre, solo para descubrir si hay otra mas alta que no
había visto antes. En esto no hay falta de cimas para tratar de
escalar. Yo tengo mis prioridades en ello, otros tendrán las suyas.
Un intercambio racional debería guiar a un grado de acuerdo, como
a menudo lo fue en el pasado, aunque esto no sea tan necesario para todo
como la armonía en dichas opciones entre gente con ideales y esperanzas
comunes. ...Es difícil pronunciar dichas palabras en este siglo
terrible, pero pienso, no obstante, que uno puede detectar una extensión
del dominio moral al pasar de los años, y un incremento de la promesa
de justicia y libertad. Tal vez esto sea base para un grado de optimismo,
pero ahí no esta en verdad el asunto; no tiene efecto sobre que
se ha de hacer. Cualesquiera que sean las perspectivas de mejorar el mundo,
es esa la tarea a la que ha de dedicarse un ser humano moral por si mismo.
El optimista piensa que las perspectivas son amplias, el pesimista que
son muy leves. Eligen la misma senda, cualquiera que sea su apreciación
subjetiva, aun cuando nunca sabemos de cierto lo que la gente conjetura
sobre un asunto al enfrentarlo.